La primavera pasada, gracias al apoyo generoso de la Fundación W. Clement and Jessie V. Stone, entrevisté a más de 30 ejecutivos de educación superior en sistemas y estados de todo el país. Entre los entrevistados había rectores, presidentes, vicepresidentes y decanos de sistemas universitarios y colegiales además de altos ejecutivos de organizaciones de políticas de educación superior basadas en Washington (D.C.). Las entrevistas tenían dos propósitos: obtener una comprensión mejor del estatus de los programas de títulos de educación infantil e identificar, según el parecer de dichos líderes, los factores clave necesarios para impulsar la financiación de tales programas, la demanda por ellos y el reconocimiento de la importancia de los programas tanto a nivel de título asociado como de bachillerato.

Estas conversaciones se ubican dentro del contexto de la implementación de Marco Unificador para la Profesión de la Educación en la Niñez Temprana, ya que los títulos post-secundarios alineados, accesibles, con los trámites simplificados y financiación por concesiones, son claves para el éxito al crear un campo de práctica profesional. El informe completo de las entrevistas estará disponible dentro de poco en el sitio web de NAEYC. Pero los siguientes son algunos puntos claves:

• La educación infantil es crucial. Existe el consenso muy ampliamente difundido que un campo profesional de práctica debe incluir títulos post-secundarios para educadores de niños pequeños. Las dos fuerzas impulsoras principales en apoyo de esto son la evidencia científica decisiva sobre el aprendizaje infantil y el papel que la educación temprana de alta calidad puede desempeñar para alterar los prejuicios estructurales e inequidades raciales de la actualidad que crean brechas en el aprendizaje y desarrollo de la primera infancia.
• Los sueldos al nivel de pobreza presentan el mayor obstáculo. Aunque hay motivos morales claros, es poco práctico que las instituciones de educación superior inviertan en títulos de educación infantil mientras los graduados tienen pocas esperanzas de recibir sueldos profesionales, seguros médicos y prestaciones de jubilación. Un tema relacionado es que para las instituciones universitarias, la oferta de fondos de investigación es un factor principal en el reclutamiento de la facultad y los esfuerzos por aumentar la visibilidad de sus programas. En comparación con programas de otras especializaciones, los fondos de investigación de la primera infancia son muy limitados.
• Los colegios comunitarios son claves para los estudios post-secundarios. Muchos educadores de niños pequeños comienzan su formación post-secundaria consiguiendo títulos asociados (de dos años). Marca una gran diferencia el que los estados y sistemas colegiales tengan el alineamiento obligatorio entre programas y consorcios fuertes con programas de títulos de cuatro años. Los colegios comunitarios también han liderado el desarrollo de apoyos comprensivos—como instrucción individual, consejería de alta intensidad y ayuda con la tecnología—que tratan las necesidades de muchos estudiantes de educación infantil y los ayudan a completar exitosamente sus programas.
• Las instituciones de educación superior invierten fondos cuando los estados y el gobierno federal han invertido fondos. Cuando las instituciones post-secundarias ven que sus estados y comunidades hacen inversiones en la educación infantil, ven un aumento en la demanda y el estatus de programas de títulos en educación infantil. Unos ejemplos de esto incluyen iniciativas de preescolar público, inversiones de fondos federales en el cuidado infantil, negocios del sector privado que aumentan la demanda por el cuidado de niños y entidades filantrópicas que hacen inversiones comunitarias que impulsan la necesidad de educadores infantiles más calificados y mejor remunerados.
• El liderazgo siempre importa. Se necesita una persona llena de visión quien comprenda a profundidad las ventajas y las complejidades del sistema de la educación infantil para propulsar la visibilidad, la notoriedad y las inversiones en estos programas de títulos. En cada caso en que un administrador del mayor rango ha priorizado la educación infantil, los cambios y las inversiones son muy notables.
• La acreditación profesional fomentará la calidad. Cuando los programas de títulos tienen acreditación profesional, alcanzan un mayor estatus y reconocimiento, lo que les asegura a los estudiantes que hay un alto nivel de calidad. Y requiere que los profesores y líderes del programa alineen sus cursos con la profundad y amplitud plena de las normas y competencias de la profesión. (Hay que advertir que los sistemas de acreditación podrían tomar un planteamiento de “llenar requisitos” en vez de producir un cambio funcional en los programas).

La razón fundamental de la existencia de colegios y universidades es mejorar la condición humana. Ya que todos tenemos la necesidad moral de lograr que todos los niños tengan el acceso equitativo a la educación infantil apropiada a la edad y de alta calidad, debemos asegurar que los programas de títulos en educación infantil tengan un nivel mínimo de calidad. Esto incluye un número suficiente de profesores de tiempo completo que cuenten con los conocimientos, habilidades, competencias y recursos adecuados para impartir un currículo abarcador.

En esto es esencial el acceso a las experiencias prácticas de alta calidad para que los estudiantes estén bien preparados en los Estándares y competencias profesionales para edwucadores de la niñez temprana. Igualmente, debemos trabajar para garantizar que todo educador de niños pequeños que estudia para un título post-secundario pueda graduarse sin deuda y con la expectativa de entrar a una carrera profesional de toda la vida con un salario profesional, seguros médicos y jubilación.