De nuestra presidenta. Dejar huella en nuestro trabajo: Traigan su auténtico yo, sus pasiones y sus visiones únicas
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Cuando traen su auténtico yo a su trabajo—quiénes son, qué los apasiona, cómo se imaginan dejando su huella—todo ello puede ser abrumador, en particular, cuando se trata de defensa y liderazgo. Están al frente de la reflexión y de las acciones emprendidas, y hay muchas incógnitas.
Cuando asumí el cargo de presidenta de la Junta Directiva de NAEYC hace dos años, me centré en quién soy como primera presidenta latina y como firme defensora de los niños pequeños, las familias y los educadores de la primera infancia. Sabía lo especial que es NAEYC como organización, y la valoración y la dedicación que tengo por su misión no han hecho más que reforzarse durante mi mandato. Con el fin de mi mandato, reflexiono sobre lo que hemos logrado juntos, y no dejo de sentirme inspirada y estimulada por el trabajo que tenemos por delante.
En los últimos años, la profesión de la educación de la primera infancia ha experimentado renovados ataques a la prácticas apropiadas al desarrollo (DAP) como marco y a sus principios basados en la investigación, que guían nuestro trabajo transformador. Seguimos sintiendo los efectos del COVID-19, y persiste la imperiosa necesidad de resolver la cuestión de la remuneración, los beneficios y el apoyo a los profesionales de la educación de la primera infancia. La inequidad impregna todas las facetas de nuestra profesión; para mí, la inequidad en el cuidado infantil y la educación temprana es uno de los problemas más apremiantes de nuestra sociedad.
Y en estos tiempos extraordinariamente difíciles, NAEYC ha logrado mantenerse firme en
- darles un lugar central a las voces y experiencias de los educadores mediante las políticas y la labor de promoción; las encuestas; conferencias, institutos y foros; y publicaciones, al tiempo que se recaban opiniones sobre los apoyos, productos y servicios que necesita el sector
- fomentar la equidad y elevar a los educadores, la niñez y las familias, sobre todo, a los marginados por su raza, cultura y otros aspectos de su identidad
- abogar—con atrevimiento y sin concesiones—por dar prioridad a la educación, el apoyo y la remuneración de nuestras diversa fuerza laboral
- comprender y defender las complejas y exigentes funciones que desempeñan los profesionales de la primera infancia
- poner en marcha las revisiones de dos declaraciones de posición: el “Código de conducta ética” y los “Estándares de los programas educativos de la primera infancia”, y buscar un grupo diverso de especialistas en la materia y opiniones del sector para darles forma.
Estoy orgullosa de formar parte de NAEYC y, al concluir mi mandato, me siento agradecida a cada uno y cada una de ustedes y a todo el equipo de NAEYC por impulsar un cambio positivo.
Contribuir con estas iniciativas ha sido especialmente significativo para mí gracias a mi colega, amiga y directora ejecutiva de NAEYC, Michelle Kang. El destino nos unió a Michelle y a mí durante la pandemia de COVID-19. Cuando comencé mi mandato como primera presidenta latina de la Junta Directiva de NAEYC, Michelle empezaba como primera directora ejecutiva asiático-estadounidense de NAEYC. No sabíamos que haríamos historia en la organización por el mero hecho de ser auténticas, entrar en acción y tomar oportunidades de liderazgo. Estoy tan agradecida de que la vida nos haya unido. Michelle es una ferviente defensora de la niñez, las familias y los educadores. Es una experta líder empresarial que comprende la importancia de gestionar una organización sin fines de lucro como una empresa de alto rendimiento. Es una líder compasiva que se preocupa por el bienestar de su personal, y es una amiga atenta que aporta su humor y amabilidad en cada interacción. Mi mandato termina en junio, pero mi admiración por Michelle perdura, al igual que nuestra amistad. Sé que seguirá defendiendo a NAEYC y a ustedes, sus miembros, ahora que la organización llega a su centenario, y después también.
Agradezco la oportunidad de haber sido presidenta de la Junta Directiva de NAEYC durante los dos últimos años y de contribuir al apoyo y la pertenencia de los educadores de la primera infancia de todo el país. Es un honor increíble desempeñar este cargo, tener la posibilidad de conectar con los miembros de NAEYC en todo nuestro sector y ser testigo directa del increíble trabajo, la defensa y la inspiración que acontecen cada día en nombre de la niñez. Los valores que defiende NAEYC en torno a la equidad y la pertenencia están directamente relacionados con mis creencias, conocimientos y experiencias personales. Como presidenta de la Junta Directiva, he podido compartir mis conocimientos y experiencias, que están profundamente arraigados en mi cultura y mi crianza. He llevado mis creencias a la práctica y he demostrado mi compromiso.
Estoy orgullosa de formar parte de NAEYC y, al concluir mi mandato, me siento agradecida a cada uno y cada una de ustedes y a todo el equipo de NAEYC por impulsar un cambio positivo. Invito a todas y a todos a traer su auténtico yo, sus pasiones y sus visiones únicas para dejar su huella en este trabajo.
Photograph: NAEYC
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Natalie Vega O'Neil is president of the National Association for the Education of Young Children.