La ciencia de los superhéroes
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“¡Soy Batman! ¡No puede haber dos Batman! ¡Tienes que ser Robin!
“Yo no quiero ser el malo”.
“¡Atrapemos a los malos! ¡Los vamos a matar!”
Estas líneas son de un escenario que se repitió una y otra vez en nuestro patio de recreo: el juego de superhéroes. Por lo general, involucraba a tres o cuatro niños corriendo por el patio de recreo con los cuerpos completamente inclinados. Llevaban su arma preferida (palos, una pala de plástico) y gritaban cómo iban a atrapar a los malos. El juego culminaba en una de las tres situaciones a continuación.
- Los participantes discutían sobre el rumbo que debía tomar el juego o con otros niños que los interrumpían.
- Los maestros intervenían cuando el juego pasaba de ser creativo a ser inseguro de manera verbal o física.
- Uno o más de los niños anunciaron a sus maestros: “¡Fulano de tal dijo que solo puede haber un superhéroe! Yo no quiero ser el ayudante/villano/persona en apuros”.
Nosotras, Sarah y Meredith, sabíamos que era mejor no intentar impedir que estos niños en edad preescolar jugaran: ¡no solo sería inapropiado para el desarrollo, sino que tampoco funcionaría! Sabíamos que algo tenía que cambiar.
Mientras observábamos, nos dimos cuenta de que sus escenarios no estaban evolucionando porque su conocimiento de los superhéroes era limitado. Solo conocían los escenarios de perseguir, atrapar y matar a los malos presentados en los medios populares. Si queríamos cambiar la historia— y el juego— teníamos que darles más información.
Mientras todo sucedía, tuvimos una oportunidad perfecta para abordar el problema. El plan de estudios preescolar incluía tiempo para estudiar lo que más interesara a la clase de niños entre 3 y 4 años. Podríamos enfocarnos en un tema y concluir con una exhibición de museo en el salón de clases para que asistan las familias. Los niños actuarían como curadores, diseñadores de exhibiciones y docentes que explicaron a las familias lo que habían aprendido. Quedaba claro que debíamos dedicar tiempo para agregar a la narrativa de superhéroes. Como beneficio adicional, incluimos ciencias al estudiar superpoderes en el reino animal.
Como preparación para realizar el estudio— La ciencia de los superhéroes— llenamos el salón de clases con libros de superhéroes. Algunos eran libros ilustrados y otros eran novelas gráficas juveniles diseñadas como cómics, pero con contenido adecuado para la edad de los niños. Colgamos una gran hoja de papel en una pared para que los niños pudieran dibujar y crear juntos la ciudad que estaban protegiendo. Comenzamos el estudio con una reunión grupal para enumerar lo que los niños sabían sobre los superhéroes y lo que tenían curiosidad por aprender. Los maestros utilizaron estos hechos y preguntas para guiar el resto del estudio.
Semana 1: Historias de origen
“¡Nos gustan las cosas que son de superhéroes! ¡Salvamos el día! Y no usamos suéteres ni coronas ni vestidos de princesa”.
—Leah y Ellie
Todo buen superhéroe necesita una historia de origen; es decir, la historia de fondo que explique por qué el personaje se convirtió en superhéroe o cómo el superhéroe obtuvo sus superpoderes. La clase pasó toda la primera semana inventando sus historias. Para asegurarnos que los niños tuvieran alter egos completos, la clase se enfocó en los nombres, disfraces y superpoderes de cada superhéroe. Esto nos permitió ver lo que los niños ya estaban pensando sobre los superhéroes, qué lagunas de conocimiento tenían y si tenían ideas sobre que queríamos desafiar. Por ejemplo, queríamos ayudar a los niños a cuestionar la idea de que las niñas no pueden ser superhéroes.
La creación de personajes de superhéroes se convirtió en la base de la exploración. Las identidades cambiaron a medida que los niños adquirieron nuevos conocimientos y más confianza en quién era su superhéroe. Penélope, quién comenzó como la Mujer Maravilla, se declaró a sí misma la Niña Arcoíris a la mitad del estudio, lo que provocó que tuvo que volver a crear toda su personalidad.
El análisis más crítico de la primera semana fue sobre los ayudantes. Muchos de los problemas que se observaron durante el juego de superhéroes provienen de un niño que se declara superhéroe y que relegó a un amigo al papel de ayudante. Durante todo un día nos enfocamos en este desafío. Los niños trabajaron juntos para concluir carreras de relevos y juegos para romper el hielo. Las lecciones sobre el trabajo en equipo tenían más significado cuando los niños lo pensaban en términos de compañeros de equipo y ayudantes que se ayudan entre sí, no solo niños de los que se espera que cooperen y jueguen bien juntos. Con los superhéroes, nadie está completamente a cargo; todos tienen que ayudar.
Durante ese día de los ayudantes, los maestros hicimos dos nuevas observaciones sobre el juego de superhéroes. Primero, los niños no se aferraron a los superhéroes que conocían de la cultura popular. Claro, había muchos Batman y Batichicas (e incluso un Superman que vestía un disfraz del Hombre Araña), pero también teníamos a Super Cerdo que llevaba una varita de cerdo que hacía desaparecer a las brujas, y Super Perro, que vestía un disfraz de robot de superhéroe.
En segundo lugar, los superhéroes eran interculturales y no excluían a los niños que no estaban familiarizados con los superhéroes estadounidenses tradicionales. ¡Hiroko, cuya familia es de Japón, llegó vestida como Baikinman, un villano del popular programa de anime Soreike! Anpanman. Aunque normalmente es tímida y reacia a hablar, estaba emocionada de interpretar a este personaje y encontró formas de interactuar con otros niños en el patio de recreo.
Semana 2: Superhéroes de la vida real
“Ser un superhéroe es mucho trabajo”.
—Bella
El objetivo principal de este estudio a profundidad de los superhéroes fue ayudar a dar forma a la narrativa en el juego de los niños. Para hacer eso, queríamos que pensaran por qué los superhéroes hacen lo que hacen, no solo cómo lo hacen. Al enfocarnos en la idea de que los superhéroes ayudan a las personas, podíamos abrir los ojos de los niños a los superhéroes de la vida real que encuentran todos los días.
El salón de clases de tercero de kínder se encuentra en el Museo Nacional de Historia Estadounidense del Smithsonian, en Washington, DC. El museo es un componente de la vida diaria de los niños y las personas que trabajan allí forman parte de su comunidad. Durante el estudio, nos tomamos un tiempo para presentar a los niños al personal y los voluntarios visitaban el museo. Hablamos de los diferentes roles que tenían. Invitamos a la maestra de enriquecimiento de arte favorita de los niños— que es voluntaria en la comunidad— para hablar sobre el voluntariado y lo que hace para ayudar a las personas. Los niños siempre habían sido amables con el personal del museo, pero queríamos que hicieran algo más que solo saludar. Queríamos que los niños pensaran en lo que hacen estas personas.
Dos puntos importantes surgieron de nuestras conversaciones: Los superhéroes ayudan a otras personas y, aunque no siempre se les agradece, los superhéroes se sienten bien con solo ayudar. A los maestros se les dificultó crear una lección adecuada para la edad que comunicara la idea de personas necesitadas y cómo los superhéroes cotidianos podrían ayudar. Sin embargo, dado que la clase tenía experiencia con el uso del arte para analizar diversos temas, basamos la lección en el cuadro “La tragedia” de Picasso y el libro Boxes for Katje de Candace Fleming. El uso de imágenes que transmiten las emociones fuertes de las personas les dio a los niños una forma de conectarse con la idea abstracta y un espacio seguro para intercambiar ideas sobre cómo podrían ayudar a los demás.
Los superhéroes cotidianos también inspiraron dos proyectos en clase. El primero fue organizar una recaudación de alimentos. El segundo fue hacer tarjetas de agradecimiento para todos los superhéroes de la escuela y el museo. Los niños dictaron a los maestros lo que querían decir y muchas tarjetas decían “Gracias por ser un superhéroe” o “Gracias por mantenernos a salvo”. El día de la entrega de las tarjetas, los niños se disfrazaron de superhéroes y entregaron personalmente las tarjetas a los administradores de la escuela y al personal del museo.
Semana 3: La ciencia detrás de los superpoderes
“¡Mis coletas pueden disparar fuego! O apagar el fuego. ¡Tenemos el poder de fuego!”
—Leah
En la tercera semana, los niños dejaron que su imaginación se centrara en todos los superpoderes que pueden poseer los superhéroes de ficción. Esto también nos dio la oportunidad de incorporar el método STEAM en las lecciones al enfocarnos en un superpoder ficticio y el animal de la vida real que lo usa.
Invisibilidad y camuflaje: mariposas
Leímos Halibut Jackson, de David Lucas, y los niños hablaron sobre el objetivo del camuflaje. Luego, la clase visitó el Pabellón de Mariposas en el museo e identificó diferentes tipos de camuflaje, como ojos falsos y variaciones de color. En el salón de clases, los niños diseñaron mariposas que podían camuflarse en una colorida lámina artística.
Supervelocidad: guepardos
Los maestros colocaron una cuerda de 27.5 metros o 90 pies de largo en el patio de recreo y cronometraron a los niños que corrían a lo largo de ésta. Luego le mostramos al grupo fotografías de un guepardo y le explicamos que a máxima velocidad podía correr 27.5 metros (la longitud de la cuerda) en un segundo. Repetimos el experimento e invitamos a los niños a que corrieran mientras contamos en segundos. Esto les dio una manera concreta de comparar su supervelocidad con la de un guepardo.
Respirar bajo el agua: pez
Aprender cómo funcionan las branquias y observar los peces en el acuario del museo ayudó a los niños a entender cómo los peces respiran bajo el agua. La directora de nuestro centro, una ávida buceadora, compartió imágenes de sus inmersiones que mostraban peces en su hábitat natural. Sus fotos también les mostró cómo los humanos pueden respirar bajo el agua.
Volar: pájaros
La comparación de la estructura ósea humana y de las aves les dio a los niños la oportunidad de explorar por qué las aves pueden volar y los humanos no. Dado que los humanos no pueden volar por sí mismos, los niños exploraron el concepto aventando aviones de papel y jugando con el paracaídas de la clase.
Semana 4: Expertos en superhéroes
En la última semana del estudio de superhéroes, los niños en edad preescolar demostraron sus conocimientos al crear una exhibición de museo para sus familias. Colaboraron con la elaboración de un cómic titulado Super Koala (Koala es el nombre de la clase) y le dieron los toques finales al mural de Ciudad Koala, que en ese momento ocupaba la mayor parte de la pared de un salón de clases. Para la gran inauguración de su exhibición, los niños decoraron capas individuales (hechas con fundas para almohadas donadas) con la primera letra de sus nombres. Meredith entrevistó a cada niño para un video de la clase. Asimismo, los niños cuidadosamente dictaron etiquetas para sus proyectos y ayudaron a organizarlos en el salón de clases.
Lo más importante es que cada niño eligió un puesto del museo y creó una etiqueta con su nombre y su puesto, así como el nombre del superhéroe. Los diseñadores de exhibiciones mantuvieron las exhibiciones ordenadas. Los conservadores trabajaron con los maestros cuando algo se rompió. Los docentes respondieron preguntas sobre la exhibición. Los oficiales de seguridad se aseguraron de que todos siguieran las reglas. Estos puestos reflejan la comprensión de los niños sobre las funciones de los superhéroes cotidianos en el Museo Nacional de Historia Estadounidense. Las maestras dieron a cada niño un propósito durante la inauguración de la exhibición en el salón de clases.
Durante la gran inauguración, los niños señalaron con orgullo sus proyectos y leyeron libros y novelas gráficas con sus familias. Corrieron por el salón de clases con sus capas mientras llevaban a sus familias a ver “¡una cosa más!”
Conclusión
Una de las cosas más difíciles de cualquier estudio a largo plazo es reflexionar y preguntarse: “¿Funcionó? ¿Logramos lo que nos propusimos hacer?” El estudio de superhéroes, que duró un mes, mantuvo a todos muy ocupados, por lo que las maestras pospusieron sus reflexiones y evaluaciones habituales para después. Sin embargo, la exhibición proporcionó muchas fotografías y muestras de trabajo para ayudar a las maestras a reflexionar.
Aprendimos que el material de lectura con temas de superhéroes, especialmente las novelas gráficas, trajo al salón de clases una nueva energía de lectura. Con palabras limitadas e imágenes expresivas, las novelas gráficas fomentaron la lectura colaborativa, ya que varios superhéroes se reunieron para ayudar a contar la historia.
La atención al detalle de los niños en los proyectos reflejó su alto nivel de participación y comprensión. A menudo repitieron el experimento de supervelocidad del guepardo en el patio de recreo. Los niños que normalmente realizaban actividades artísticas muy rápido pasaban más tiempo en sus proyectos de mariposas.
El estudio también proporcionó una conexión duradera con nuestra comunidad de museos. La directora del centro se convirtió en una figura más admirada para los niños por su trabajo para mantenernos a salvo, y los niños hablaron con un nuevo aprecio por los oficiales de seguridad y docentes del museo.
Con una comprensión más desarrollada de los superhéroes, los niños adquirieron un nuevo vocabulario y las conversaciones se volvieron más complejas. Los maestros podrían guiar el juego de superhéroes de los niños, fomentar el trabajo en equipo y sugerir tramas alternativas. Los superhéroes también se convirtieron en un tema de juego común para todos, lo que llevó a que diferentes grupos de amigos jugaran juntos con menos fricción.
Nuestra mayor confirmación de la eficacia del estudio es que los niños lo recuerdan. Hace poco, la mamá de Penélope nos dijo que su ahora estudiante de primer grado quería sacar el libro Superhero ABC de la biblioteca, un libro que fue muy popular en nuestro estante ese año, y volver a leerlo.
La traducción de este documento ha sido elaborado en el marco de un acuerdo cooperativo (PR/Award no. U295A150003, CFDA Nº 84.295A) del Departamento de Educación de Estados Unidos. No obstante, este contenido no representa necesariamente la política del Departamento de Educación, y usted no debe asumir el aval por parte del Gobierno Federal.
Sarah Erdman is an experienced early childhood educator and museum professional in Northern Virginia. She teaches at FB Meekins Cooperative Preschool. [email protected]
Meredith Downing is an early childhood educator with a background in museum education and technology integration. She recently received her master’s in learning, design, and technology from Stanford University.