De Nuestra Presidenta. La importancia de las relaciones: Abracemos a los niños prometedores
You are here
“No se puede aprender nada significante sin una relación significante.”
—Dr. James Comer
Durante los años de la primera infancia, los niños empiezan a desarrollar su identidad, una percepción de quiénes son según sus roles y relaciones dentro de la familia, el programa de cuidado infantil o la escuela y su comunidad. Si los adultos allegados creen y perciben que estos niños o su comportamiento es problemático o que no tiene ningún valor positivo y solamente tiene déficits, los niños llegarán a creer esto también.
Durante un periodo muy excesivo, hemos descrito como “en condiciones de riesgo” a los niños a quienes se considera vulnerables, con frecuencia de familias o barrios de bajos ingresos. Esta percepción que estigmatiza a los niños a causa de sus zonas de residencia siente las bases para una percepción que parte de los déficits en lugar de los talentos de niños quienes son en muchos casos niños de color. Durante los años recientes se ha realizado esfuerzos por cambiar esta narrativa. Petrea Hicks, MEd, de Maryland es una de los que nos animan a cambiar la perspectiva desde “niños en condiciones de riesgo” a “niños prometedores”.
El pensamiento basado en los déficits constituye una cuestión de equidad. Yo he escuchado, y me imagino que muchos de ustedes también, que los niños dicen acerca de un adulto que conocen, típicamente en un ambiente educativo: “Ella no me quiere”. Cuando se le pregunta qué hizo o dijo la persona para hacer que se sientan así, en muchos casos el niño no puede señalar precisamente qué ocurrió ni cómo fueron las palabras. Yo creo que esos sentimientos son el resultado del tratamiento insensato y sin sensibilidad que puede ocurrir en tales programas. Estas desconsideraciones pueden estar relacionadas con las diferencias en capacidades, sexo, religión, ingresos, código postal, raza o etnia de los niños. Nuestra declaración de posición Promover la Equidad en la Educación Infantil trata el asunto con las siguientes palabras:
Los maestros de niños pequeños, como todas las personas, no son inmunes a los prejuicios. Incluso entre los maestros que creen no tener ningún tipo de prejuicio explícito, los prejuicios implícitos se manifiestan en opiniones o tratos diferenciales con los niños por su raza, género, capacidad y discapacidad, tipo de cuerpo, aspecto físico, y situación social, económica y lingüística, lo cual limita la posibilidad de los niños de alcanzar su potencial.
Es preciso que enfrentemos nuestros prejuicios. Hay un libro que he utilizado al capacitar a maestros en Wisconsin Model Early Learning Standards (WMELS), y refuerza el concepto de no sacar conclusiones precipitadas al analizar el comportamiento y las acciones de los estudiantes. Los participantes escogen uno de los principios de guía de WMELS y preparan un ejemplo de cómo se pondrá en práctica en el aula. Al tratar el principio que “las relaciones importan”, comparto el libro If She Only Knew Me de Jeff Gray y Heather Thomas. Este libro narra el cuento de un niño llamado Justin y las percepciones que su maestra tiene sobre él a través de la perspectiva del niño. Con fotos de Justin y con sus palabras, el libro recalca la importancia de llegar a conocer a los estudiantes y crear relaciones con ellos.
Por medio de las relaciones, los niños aprenden a percibirse positivamente a sí mismos y a creer que tienen valor, o aprenden lo contrario. Un ejemplo de lo arraigado que pueden ser la autoestima y el auto-valor bajos se hace resaltar en el número de julio de 2020 de Young Children. La columna Our Proud Heritage (Nuestra herencia orgullosa) trata el trabajo de Mamie Phipps Clark y Kenneth Bancroft Clark acerca del desarrollo de la identidad y la autoestima. Su investigación incluyó las pruebas de muñecas en que niños africano-americanos, casi sin excepciones, preferían las muñecas blancas a las negras que se les presentaban. Es aún más revelador que las pruebas de muñecas se han repetido tan recientemente como 2007, 2010 y 2016 con niños blancos y negros. Sorpresivamente, los resultados eran iguales que los del estudio de 1947: se percibía que la muñeca afroamericana era “mala” y “fea” mientras que se creía que la muñeca euroamericana era mejor. Es muy triste ver que, después de indicar que la muñeca afroamericana era “mala” y “fea”, los niños de raíces africanas sienten una lucha interna al responder señalando la muñeca negra a la última pregunta: “¿Cuál se parece más a ti?”
Un enfoque en las fortalezas de un niño, sus intereses, experiencias, talentos y aspiraciones—no en los déficits percibidos por adultos—les ayuda a estos niños prometedores a desarrollarse bien y alcanzar el éxito.
¡Veamos a todos nuestros niños como niños prometedores y ayudemos a poner un cimiento que les permita alcanzar su plena potencialidad!
Les deseo todo lo mejor,
Ann McClain Terrell
Current president of NAEYC (National Association for the Education of Young Children)